Es imposible no comentar los sucesos ocurridos el día de hoy en Japón, muchos seres humanos con sueños, preocupaciones, alegrías e incluso desesperanzas desaparecieron; las vidas de quienes tienen la oportunidad de vivir para contarlo no serán nunca las mismas pero, ¿qué hay con el resto que habitamos este planeta?
Es decir, estamos en otro continente pero no en otro mundo, mucho menos en una galaxia distante donde quizá todo es hermoso, justo estos sucesos comienzan a destacar en nosotros lo mejor o lo peor que tenemos, lo que somos. Lo mucho o poco que aun nos preocupamos por los demás, de si ver esas imágenes por televisión o internet aún nos hacen sentir algo, tristeza, coraje un poco de miedo tal vez.
¿Qué tan humanos somos todavía?
Para empezar un acontecimiento de este tipo nos permite darnos cuenta de lo pequeños que somos en realidad, de que no somos nada y al mismo tiempo somos todo en la naturaleza, de que no comprendemos en absoluto nuestro planeta, de todo lo que nos da y que en este instante se olvida, de lo mucho que debemos amar a Gaia. En este momento hay quienes en lugar de expresar amor expresan odio, esto es aceptable por lo que han perdido, lo que además no recuperarán.
¿Qué sentimientos generan las imágenes?
Existen muchas perspectivas para la situación, para algunos empresarios implican pérdidas millonarias, para otros un retroceso en la estabilidad financiera. Al respecto de esto, por la tarde escuché un comentario me hizo reflexionar sobre estas ideas, es decir mencionaron lo terriblemente amarillistas que se han vuelto los medios de comunicación, periódicos, televisión, etc. Es como si esa persona fuera incapaz de sentir, entonces pensé en lo mucho que nos hemos dejado influenciar por tantos discursos al grado de perder nuestra capacidad de discernir; es como tener un constante debate con nuestro yo interno en el cual no sabemos si es bueno ver esas imágenes o simplemente es otra forma de obtener ganancias por parte de quienes poseen estos medios.
Es importante que no se entienda que estoy a favor o en contra del amarillismo, en realidad es el pensamiento que incluso en la Universidad los profesores mucho nos han señalado, que pese a lo que vemos, escuchemos, debemos darle su justa medida a todo. En ocasiones como esta, me parece interesante la reacción que presentamos si nos sentimos afligidos, enojados, indiferentes.
Me he desviado aparentemente de la idea, pero ahora la retomo en el punto en el que podemos tener sentimientos de solidaridad, pero más importante en el punto en que generemos actitudes que puedan generar un cambio, quizá diminuto ante nuestros ojos o grande ante otros.
Habrá quienes se pueden percatar de lo espiritualista que soy, por ello trato de reflejarlo aquí con la conciencia de que hay quienes no lo son. Creo firmemente que todo se reduce a energía, concrétamente a ondas energéticas que se propagan, y nosotros podemos ser parte de estas, incluso controlarlas para bien o para mal.
Si nosotros sentimos simpatía o amor por algo o alguien eso se reflejará, lo mismo que si sentimos odio o coraje, por eso creo importante el ser positivo, el aprender a ser pacientes, el vivir el día a día. Definitivamente no soy experta, tampoco digo que ser así sea el mejor camino, solo lo comparto porque he comprobado que funciona, aún sigo aprendiendo y fallando, esto último por causa de errores propios.
En este momento hay muchos sentimientos encontrados en el mundo, buenos y malos, creo entonces que el sentirnos empáticos al observar la tragedia nos permite generar ideas y sentimientos para continuar, a lo que me refería con amar a Gaia (la Tierra) es a que no estamos excentos de ser víctimas de un suceso similar, pero no implica que debamos temer, considero más importante en ver lo bueno de esto porque en serio lo hay, cada día es más y más interesante según lo veamos sin olvidar lo pequeños que somos y descubriendo lo gigantes que podemos ser.
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